CAPÍTULO 17
El Verdadero Rey
El Verdadero Dios existía en el principio,
y el Verdadero existió después
de que la creación se realizó.
El Verdadero existe también ahora.
Nanak dice: "El Verdadero existirá también
en el futuro".
En este capítulo, el Guru Arjan Sahib nos dice que por medio de la
meditación hemos experimentado que hay algo que siempre ha permanecido: La
Verdad.
Desde la creación y aún antes, hay algo en particular que ha permanecido:
La Verdad. Antes de que esta creación se hiciera, esta misma Verdad
existía; y cuando empezaron a existir las Edades, cuando se creó el mundo
en la Edad de Oro, la Verdad estaba allí; en la Edad de Plata también
estaba allí, en la Edad de Cobre estaba allí y continúa estándolo en la
Edad de Hierro. Verdad significa aquello que siempre permanece y que nunca
termina, que jamás se destruye. Aquello que es siempre permanente e
incambiable al paso del tiempo, a eso puede llamarse la Verdad. Dios es lo
único que puede llamarse como la Verdad auténtica, porque El nunca cesa.
El nunca ha llegado a un fin y el nunca se acabará. Antes de que existiera
esta creación Dios ya estaba presenté, El existía y ahora también el mismo
Dios existe. No es que antes alguien hubiera estado gobernando como Dios
-o alguien más estuviera trabajando como Dios- y ahora haya alguien
diferente que esté trabajando como Dios. Dios siempre ha permanecido El
mismo, El nunca ha cambiado, y El nunca cambiará. Nadie puede hacer a
Dios; pero Dios puede hacer la creación. Como Dios hizo la creación, nadie
puede establecer o formar a Dios, en cambio Dios sí puede establecer y
formar a la gente.
Los pies de Dios son Verdad,
y Verdad son aquellos que los tocan.
La adoración a Dios es Verdad,
y sus sevadares también son Verdad.
Los pies de Dios son Verdad, y aquellos que llevan los pies de Dios en su
corazón, ellos también son verdaderos. Ellos permanecen constantes y no
están sujetos a la destrucción; ellos también son indestructibles. La
gloria de los pies de Dios es muy grande; no puede ser descrita. En el
Bani de Swami Ji Maharaj, El dice: "Cuando los Pies de mi Maestro entraron
en mi corazón, El despertó mis karmas dormidos y El me hizo tener buena
fortuna".
El darshan de Dios es Verdad,
y Verdad son aquellos que lo obtienen.
El Naam de Dios es Verdad,
y Verdad son aquellos que meditan en él.
El darshan de Dios es Verdad, y aquellos que tienen el darshan de ese
Dios, también son verdaderos; ellos también se mezclan con Dios. Como una
gota de agua se disuelve en el océano -y se convierte en océano- en la
misma forma, aquellos que van y obtienen el darshan de esa Verdad, también
se convierten en el Verdadero. El Naam de Dios también es Verdad, porque
el Naam de Dios ha creado las divisiones y las grandes divisiones de esta
creación y toda esta creación está sostenida por el Naam.
Dios en Sí Mismo es Verdad,
y todo lo que El sostiene es Verdad
Dios es una buena cualidad y El en Sí Mismo
está lleno de buenas cualidades.
El Guru Arjan Dev dice que Dios es el dueño de todas las cualidades y que
El ha tomado sobre sí todas las cualidades. ¿Cuál es la cualidad que El no
tiene? ¿Qué es lo bueno que El no tiene? Todo pertenece a Dios y El es el
Dueño de todas las cualidades.
El Shabda es Verdad, y quien lo pronuncia es también Verdad.
El Surat es
Verdad y Verdad son aquellos que escuchan el Sonido de Dios.
Su Shabda nunca cambia, El siempre permanece el mismo. Viniendo de Sach
Khand, El está reverberando en nuestra frente, y El siempre permanece el
mismo, El nunca cambia. El alma, siendo de la misma esencia de Dios,
también es permanente, tampoco cambia. Así como Dios es inmortal, también
es inmortal el alma.
El Shabda mismo, toma el cuerpo humano y viene a habitar entre nosotros.
Es como si el hijo de alguien se pierde y se va en compañía de los
gitanos. Si el padre desea recuperar al hijo perdido, va y viene entre los
gitanos, porque el hijo no está preparado para escucharlo a causa de que
ha perdido su identidad viviendo con ellos por largo tiempo. El no
recuerda a qué hogar o a qué familia pertenece. Entonces, su padre cambia
su apariencia, toma la de un gitano y viene a morar entre ellos. El le
dice a su hijo quién es y a dónde pertenece, y gradualmente crea dentro de
él, el deseo de volver a su hogar. Y un día el hijo obedece al padre y
regresa a su hogar. ¿Quiénes son llamados gitanos? Quienes no tienen un
hogar permanente; hoy ellos pueden tener una tolda aquí y al día siguiente
irán a vivir a otro lugar; ellos siempre cambian de sitio. Además, ellos
siempre cambian sus ocupaciones pues no tienen ninguna que sea permanente.
Nuestra condición es también como la de los gitanos: algunas veces tomamos
nacimiento en este lugar, a veces estamos en este cuerpo y otras en otro
cuerpo. Y como nuestra alma no tiene un lugar permanente, y ella ha
olvidado su verdadera morada, o sea Sach Khand, nuestra condición es como
la de los gitanos. Así, nuestro Padre el Shabda, el Dios Todopoderoso,
viene en forma humana y habita entre nosotros y nos dice: "Este no es tu
hogar, esta no es tu comunidad, esta no es tu religión, tu Hogar es Sach
Khand y tu comunidad es la de Sat Naam. ¿Por qué te limitas dentro de
estas pequeñas tribus y religiones? Deja la compañía de estos gitanos y
retorna a vuestro Hogar".
Cuando estamos en compañía de nuestro Padre, gradualmente se crea en
nosotros el deseo de regresarse a nuestro Hogar, Sach Khand. Y Dios, quien
ha tomado la forma humana y viene como el Maestro, cuando nos habla sobre
nuestro Hogar, cuando nos inicia en el Sendero que nos lleva de regreso al
Hogar, gradualmente, si le obedecemos y guardamos Sus mandamientos, El nos
hace regresar también a Casa. Cuando los Maestros vienen a este mundo,
Ellos vienen a rescatar las almas perdidas. Ellos no sólo muestran el
Sendero a Casa, sino que también guían a las almas de regreso al Hogar y
son responsables de llevarlas allí. Así, desde el mismo comienzo, ellos
vienen y las protegen; y enseñándoles cómo volver a casa, las llevan de
regreso.
Uno que realiza a Dios
también realiza todo como Verdad.
Nanak dice que Dios es siempre Verdadero y Verdad.
Quien reconoce a Dios y lo manifiesta dentro de sí, cree y está convencido
de que hay alguna personalidad, algún poder que permanece siempre
verdadero. Y desde que empezó la Creación, y aún antes de ella, la misma
Verdad ha existido.
Quien cree en la Verdadera forma de Dios en su Corazón.
Ha llegado a conocer la raíz de todo y al Autor de todo.
Aquellos que han manifestado a Dios dentro de sí, que lo han reconocido y
han entendido Su gloria, ellos ven a Dios como nosotros estamos viendo el
mundo con los ojos abiertos. Para ellos no es necesario cerrar los ojos
para ver a Dios. Kabir Sahib dice: "Ahora yo no necesito cerrar mis ojos
ni tampoco cerrar mis oídos, porque con los ojos abiertos estoy viendo la
hermosa forma de mi Amado".
En Canadá, un Akali vino a mí en una entrevista y me preguntó si yo había
visto a Dios. Yo le dije: "Sí, he visto a Dios y puedo mostrarle a Dios a
quien quiera que desee verlo a El". Pero como no era muy afortunado
-porque de dónde pueden las pobres almas traer buena fortuna- él no pudo
decir: "Muéstrame a Dios". Guru Nanak dijo: "Entiendan las historias que
relatan los Santos como verdaderas, porque ellos hablan solamente de lo
que ven con sus ojos". Todos los Sadhus dicen: "La gente habla de Dios 'de
oídas'; pero yo he visto a Dios con mis ojos".
Aquel en cuyo corazón se ha manifestado
la fe en Dios,
En él se ha revelado
el Verdadero Conocimiento Divino.
¿Quién puede ver a Dios y quién puede llegar cerca de Dios? Aquellos que
están haciendo la meditación en el Naam, deberán tener un corazón de
hierro. Porque, primero que todo, es muy importante y se requiere la fe en
el Maestro. Aquellos que creen en el Maestro, que tienen fe en El, que
creen que su Maestro es Dios, sólo aquellos que tienen tal fe en El, son
capaces de manifestar a Dios dentro de sí mismos.
Es sólo porque tenemos fe en el piloto y en los ingenieros que hicieron el
aeroplano, que confiamos nuestras preciosas vidas en sus manos, y viajamos
en él; porque creemos, y tenemos fe en que ellos han hecho un buen trabajo
para que el vuelo se realice normalmente, y lleguemos a nuestro destino
sin ningún problema. Sólo porque tenemos fe en ellos les confiamos
nuestras vidas. Así como no podemos alcanzar ninguna cosa en el mundo sin
tener fe en la gente mundana, ¿Cómo podemos esperar que realizaremos a
Dios sin tener fe en el Maestro?
El vive libre de todo miedo,
y está absorto en El, de quien procede.
Quienes hacen la devoción de Dios pierden el temor al mundo porque ellos
siempre entienden que Dios es más grande que el mundo y que éste no es más
grande que Dios. Por eso ellos nunca tienen miedo a nada, se vuelven
intrépidos. Quienes hacen la devoción en tal forma, es decir sin
considerar al mundo como más grande que Dios ¿A dónde irán y residirán?
Ellos van a residir al lugar donde el alma fue separada -ellos regresan a Sach Khand- y se convierten en Uno.
Cuando una cosa se mezcla con otra
no puede denominársela
separada de la otra.
Cuando el alma vuelve a Dios, se une a El y se convierte en Una con Dios.
Después de esto, como no puede separarse de Dios, ya no hay diferencia
entre ella y Dios. Tal como no puede separarse el agua que se mezcla con
otra agua, en la misma forma, la luz que se une con otra Luz, ambas se
convierten en una y no pueden separarse. Cuando mezclas azúcar morena con
leche, el color de la leche no cambia; pero el sabor sí. De manera similar
cuando el alma se convierte en Una con Dios, su apariencia externa no
cambia; pero por dentro esa alma está cambiada.
Sólo quien tiene discernimiento
puede entender esto.
Nanak dice: "El hombre se mezcla con Dios
y se convierte en Uno con El".
Dios también busca al hombre que tiene el deseo de realizar a Dios, que
está buscando a Dios. Como solía decir el Maestro: "La naturaleza provee
alimento para el hambriento y agua para el sediento". Así, cuando tenemos
el deseo de realizar a Dios, El derrama gracia sobre nosotros y nos trae a
la compañía de un Maestro Perfecto, quien nos da el conocimiento de cómo
realizar a Dios; y cuando hacemos las prácticas para realizarlo, nos
convertimos en Uno con Dios. Así, siempre que tenemos cualquier deseo,
éste siempre se cumple.
El servidor de Dios obedece Sus órdenes.
El servidor de Dios siempre lo adora a EL
El servidor de Dios que hace la devoción de Dios siempre acepta todos los
acontecimientos como la voluntad de Dios, sea que traigan pena o alegría.
El siempre está satisfecho con cualquier cosa que Dios le dé. Y el
servidor de Dios, el devoto de Dios, siempre hace su devoción a Dios como
un sacerdote que cumple bien con sus deberes en el templo. Así como el
sacerdote entiende su obligación de quemar regularmente el incienso,
encender la lámpara y cumplir todos los ritos y rituales en el templo, y
nunca deja de hacer su trabajo, en la misma forma el devoto de Dios, el
servidor de Dios, también hace su devoción con regularidad, sin fallar,
sin omitir siquiera un día. El devoto de Dios no medita un día y suspende
por varios días. El devoto de Dios medita constantemente, sin faltar.
El servidor de Dios tiene fe (en El)
dentro de su corazón.
Las formas de obrar del servidor de Dios
son puras.
Ahora él dice que el servidor de Dios tiene completa fe en El, y cree
firmemente que cualquier cosa que suceda en este mundo es por la voluntad
de Dios y que ni siquiera la hoja de un árbol puede moverse sin Su
voluntad. Así, cualquier cosa que pase, El la aceptará siempre como la
voluntad de Dios. Y el lenguaje de los servidores de Dios y Su forma de
vivir y de hacer las cosas, cualquier trato que tengan con el mundo, es
muy puro. Aún en Sus discursos, en Sus Satsangs, no hay adulteración; es
siempre puro.
El servidor de Dios se da cuenta
de la presencia de Dios.
El servidor de Dios está teñido
en el Naam de Dios.
El servidor de Dios sabe que Dios está siempre con El y El está siempre
teñido en el color de Dios.
Dios nutre a Sus servidores.
El sin-forma salva el honor de Sus servidores.
Como la madre cría a sus hijos muy amorosamente, en la misma forma Dios
también satisface todas las necesidades de Su discípulo. Como la madre ama
a sus hijos, en la misma forma Dios ama a todos los discípulos.
Aquel sobre quien Dios derrama Su gracia es Su servidor.
Nanak dice: "Dios protege a tales servidores con Su mismo aliento".
¿Quién es el servidor de Dios? Sólo es servidor de Dios quien recuerda a
Dios con cada una de sus respiraciones y quien permanece en Su dulce
remembranza. Y Dios también protege a tales servidores con cada
respiración. Nosotros creemos que somos quienes nos protegemos y nos
cuidamos a nosotros mismos. Pero los Mahatmas, que tienen visión interna,
saben que no es así. Dios es el único que nos protege y nos cuida.
Dios cubre a Su servidor con un velo.
El verdaderamente protege su honor.
Dios siempre salva el honor de Sus servidores y los protege. Ustedes
vieron cómo Dhru y Prahlad fueron protegidos por Dios cuando sus padres
los molestaban y les causaban problemas. Cómo una vez lanzaron a Prahald
desde una montaña para matarlo; pero fue protegido por Dios; y cómo se le
obligó a sentarse en el fuego y a abrazar un pilar ardiente; pero en cada
ocasión Dios lo protegió. Dios siempre protege a quienes hacen Su
devoción.
El glorifica a Su servidor.
El hace que Su servidor medite en el Naam.
Dios honra a Su Servidor y El honra a Sus devotos. ¿En qué consiste esta
honra? El mayor honor que podemos recibir es unirnos con Dios. Ustedes
saben que todo: honor y alabanza, nombre y fama de este mundo se quedarán
aquí y nada se irá con nosotros. Es por eso por lo que Dios siempre
concede a Sus devotos, Sus servidores, el mayor honor, los inspira a hacer
la meditación en el Shabda Naam, la cual une al devoto con Dios.
Permitiéndole hacer esto, El otorga el máximo honor.
Hay fe en el Naam y hay satisfacción en el Naam porque no hay otra cosa en
este mundo que se vaya con nosotros, sino el Naam. Guru Nanak Sahib dice:
"Sin el Naam, no tienes otra compañía". Por eso debes meditar en el Naam
para conseguir la liberación. Los Gurumukhs aprovechan el Naam y toman
para sí el regalo del Naam; pero los manmukhs desperdician su nacimiento
humano, puesto que no obtienen el Naam.
El Mismo preserva el honor de Su servidor.
Nadie conoce Su condición y límites.
Dios siempre salva la reputación y el honor de Sus discípulos en todo
lugar, y sólo el devoto, sólo el siervo de Dios puede entender la
condición y lo infinito de Dios.
Nadie alcanza a los servidores de Dios;
los servidores de Dios son los más altos entre los altos.
Si alguien imita al devoto, al servidor de Dios, siempre sale derrotado
porque la posición de un devoto de Dios es muy alta; él es el más alto de
todos, más alto que los saltos, y vive en Sach Khand. Por eso, si alguien
lo imita, esta persona siempre queda decepcionada porque aún no se ha
convertido en devoto de Dios y no es capaz de entender Su verdadera
gloria. Guru Nanak Sahib dice también que la gente quiere imitar a
aquellos que han alcanzado Sach Khand, y en esta forma ellos son
derrotados. Nosotros imitamos a aquellos que han alcanzado Sach Khand,
pero como aún no nos hemos convertido en devotos de Dios, no hacemos todas
las cosas que los devotos de Dios hacen continuamente.
Una vez un bailarín callejero fue a una mezquita y vio allí a cinco
personas que estaban adorando a Dios. El les preguntó:
"¿Cuál es la ventaja de hacer este namaz?". Ellos replicaron que haciendo
esto en la mezquita, adorando a Dios, uno consigue el resplandor de Dios
en su cara. La enseñaron a hacer esta práctica y le advirtieron que antes
de hacerlo debería lavarse las manos y los pies con agua; y si no había
agua, entonces con arena.
Aquel bailarín callejero tenía el hábito de consumir alcohol, así que
durante la noche se embriagó y se durmió. A la mañana siguiente, cuando se
levantó, hacía mucho frío y él no sentía deseos de utilizar agua, pues su
embriaguez le pasaría; además hacía mucho frío. Entonces recordó que si no
había agua, podía bañarse las manos y los pies con arena, así que frotó
sus manos en el piso. Pero había un sartén de hacer chapatis allí, y en
lugar de coger arena en las manos, se untó con el tizne del sartén; y al
llevarse las manos a la cara, ésta quedó completamente tiznada. Después de
realizar el culto, se fue a dormir.
Cuando se levantó en la mañana, le preguntó a su esposa: "Mírame la cara y
dime ¿He adquirido el resplandor de Dios? ¿Sí o no?". Ella respondió: "No
sé cómo luce el resplandor de Dios, pero si es negro, lo tienes en
abundancia. Si no es negro, esto significa que el que tenías por ti mismo
también se ha ido".
Así es también nuestra condición. No sabemos cómo conseguir el resplandor
de Dios y creemos que gozando de los placeres mundanos, tomando vino y
realizando malas acciones alcanzaremos a Dios y conseguiremos Su
resplandor. Pero Dios no puede lograrse así, uno tiene que abandonar todas
las cosas malas, uno tiene que abandonar todos los placeres mundanos, y
hacer la meditación en el Shabda Naam; es por eso por lo que imitamos a
aquellos que han realizado a Dios. El Shabda Naam es el único medio por el
cual podemos realizar a Dios.
Aquel a quien Dios ordena hacer Su seva,
tal servidor se vuelve conocido
en las diez direcciones,
dice Nanak.
Derramando Su gracia ¿A quién convierte Dios en Su devoto, Su servidor, y
hace que él haga la meditación? No importa en qué comunidad o religión
haya nacido, haciendo la meditación de Dios, él se hace conocido en las
diez direcciones. El es glorificado en todo el mundo y todos saben que él
es el devoto de Dios.
Cristo hizo la devoción de Dios. Y aunque nació hace 2.000 años, ahora la
gente de todos los rincones de la tierra todavía está recordando con amor
Su nombre y devoción. En la misma forma, el Profeta Mahoma, a pesar de
haber nacido hace mucho tiempo en Arabia, aún es recordado en todo el
mundo. Guru Nanak y Kabir, quienes nacieron en un lugar muy pequeño (el
área no era muy bien conocida en ese tiempo pues no había buenos medios de
comunicación y transporte), todavía son recordados con dulce amor y
devoción. Y a nuestros Maestros Sawan y Kirpal, aunque nacieron en India
¿Hay algún lugar donde la gente no los recuerde? ¿Hay algún lugar donde la
gente no haya oído hablar de ellos? Todo el mundo está cantando: "Sat
Guru
Sawan Sha, tú estás reinando en mi corazón".
Siempre que los Santos y Mahatmas vienen a este mundo, ellos no reinan en
un determinado lugar, sino en los corazones de los devotos. Ellos siempre
reinan en los corazones de los devotos y por eso aún después de abandonar
el cuerpo y mientras este mundo exista, su nombre siempre será recordado,
por la profunda huella de amor que dejaron en los corazones de la gente.
Kabir Sahib nació en una familia de tejedores de casta muy baja, en
tiempos en que en la India existía el problema de la intocabilidad y del
sistema de castas altas y bajas. Por eso es que, en la Edad de Hierro,
cuando Kabir vino a este mundo, El no fue a muchos lugares ni visitó
muchos sitios. El pasó todo su tiempo en Kashi, donde nació, y en sus
alrededores. El rey que gobernaba en aquel entonces, Sikander Lodi, regía
toda la India. Nadie lo recuerda a él, pero a Kabir Sahib se le recuerda
en todas partes, aunque El no visitó muchos lugares, la gente lo recuerda
aún en Occidente.
La hormiguita en la cual El coloca Sus poderes,
puede reducir los ejércitos
de millones de hombres a cenizas.
Si Dios coloca Su poder así sea en una hormiga, una hormiguita, ella puede
reducir a cenizas a millones de ejércitos. Si Dios deposita Su Poder en
cualquier hombre, éste puede hacer cualquier cosa. Porque todo está en las
manos de Dios y Dios puede hacer cualquier cosa que desee. El Maestro
Sawan Singh Ji solía decir que algún poder está trabajando dentro del
Santo, pero agregaba que no podemos llamar a eso un "poder" porque un
"poder" es mensurable y permite hablar de él en términos cuantitativos,
mientras lo que trabaja en los Santos está fuera de toda medida y no puede
llamarse "poder". Es más que un "poder".
A aquel a quien El
no quiere privar de la vida.
El lo protege extendiendo Sus manos
hacia él.
Aun si todo el mundo es el enemigo, y aunque todos te estén odiando y
deseen matarte, si Dios tiene Su mano sobre ti, nadie podrá hacerte ningún
daño.
Día y noche canta las alabanzas de Dios
con tu lengua.
Dios ha dotado a Sus servidores
con este regalo.
Dios te ha dado una lengua por medio de la cual puedes contar tus penas y
alegrías a otros. Y Dios te ha dado una lengua por medio de la cual puedes
cantar las alabanzas de Dios. Los animales y los pájaros no tienen la
facultad de expresar su alegría y su júbilo a otros; tampoco tienen la
lengua con la cual se puede cantar la alabanza de Dios. Pero nosotros sí
tenemos una lengua. Es por esto por lo que el Guru Arjan Dev Ji Maharaj
dice: "Oh hombre, has conseguido esa lengua por medio de la cual puedes
cantar la alabanza de Dios". Deberíamos usarla únicamente para la
remembranza de Dios, para cantar la gloria de Dios. No critiques a los
demás; no pronuncies malas palabras con esa lengua. Si alguien está
cometiendo algún error o haciendo cualquier obra mala, Dios lo castigará.
No te preocupes por él y no lo critiques. Si alguien está haciendo buenas
obras, tampoco deberías preocuparte por él. Tú deberías usar esta lengua
sólo para hacer la repetición del Naam y para cantar la gloria del Señor.
No hagas mal uso de esta lengua; Dios te la concedió con un propósito
especial y deberías utilizarla únicamente con este fin.
Ellos hacen la devoción de Dios
por el bien de sus propias almas,
y permanecen absortos en Su Señor.
¿Por qué debemos hacer la devoción del Señor? ¿Será para obtener
propiedades y riqueza? ¿Será para lograr fama, reconocimiento y honor en
este mundo? ¿O será para conseguir el reino y el poder en este mundo? ¡No!
No tenemos que hacer la devoción del Señor para obtener riqueza material,
o para conseguir fama y honor, o para lograr el poder en este mundo;
porque cuando nos llegue la muerte, no nos acompañarán ni nuestro poder,
ni nuestras riquezas. Todo lo que existe en este mundo está relacionado
con nuestro cuerpo. Y cuando el alma se retira de nuestro cuerpo, cuando
llega la hora de la muerte, entonces ni siquiera nuestro cuerpo nos
acompaña. ¿Cómo podemos imaginarnos que nos acompañarán aquellas cosas que
estaban relacionadas con nuestro cuerpo? No podremos llevarnos nada: ni el
poder, ni las riquezas, ni el honor, ni la fama, ni la crítica; ninguna de
estas cosas irá con nosotros, únicamente el nombre de Dios nos acompañará.
Así que no es necesario hacer la devoción del Señor para obtener riqueza
material, honor, fama o poder. Tenemos que hacer la devoción del Señor
sólo por El, porque El es el Único, Quien nos ayudará cuando abandonemos
este mundo.
Si queremos quitar las espinas que se encuentran esparcidas sobre todo el
mundo, no seremos capaces; si queremos eliminar todas las cosas malas de
este mundo, no podremos; pero si usamos zapatos resistentes, entonces no
importa a dónde vayamos, cuántas espinas o cuántas cosas malas haya allí.
Si estamos bien protegidos y bien cubiertos, no nos afectarán.
Pasamos todo el tiempo de nuestra vida criticando y juzgando a otros, pero
nunca hemos mirado dentro de nosotros mismos y jamás hemos visto lo que
somos. Los Mahatmas dicen que nosotros deberíamos mirar las buenas
cualidades de los demás y ver siempre nuestros defectos. Pero ¿Cuál es
nuestra condición? No observamos nuestras fallas sino las de los demás, y
tenemos siempre presentes nuestras buenas cualidades. Sin embargo, esto no
debería ser así: Deberíamos pensar siempre en nuestras imperfecciones y
tomar para nosotros las buenas cualidades de los demás. Los Santos se
interesan únicamente en las buenas cualidades: cuando conocen a alguien,
no prestan atención a sus defectos, sino que buscan cualquier buena
cualidad que tenga. Y, si tiene algunas buenas cualidades, ellos piensan
en eso y se sienten atraídos hacia esa persona. Pero nunca toman en cuenta
sus malas cualidades.
¿Cuál es la condición de la humanidad? El hombre posee el mal hábito de
observar los defectos de los demás. Pero el Mahatma dice: "Al ver los
defectos de los otros, te ríes; pero no ves que tus propios defectos no
tienen límites". Así pues, deberíamos acostumbrarnos a mirar en nosotros
mismos los defectos y en los demás las buenas cualidades. Los Mahatmas
también dicen: "Ante todo, controla tu mente. Mira dentro de ti mismo y
observa tus defectos y luego trata de enseñar a otros. Deberías adquirir
la costumbre de no criticar, sino ver solamente las buenas cualidades de
los demás y señalar tus propias faltas".
Kabir Sahib dice: "Cuando estás enseñando a otros sin haberte enseñado a
ti mismo, es como si saliera arena de tu boca. Mientras intentas proteger
el campo de los demás, el tuyo propio es saqueado, porque no le estás
prestando atención".
El servidor de Dios sabe todo lo que ha ocurrido
y lo que va a ocurrir.
El reconoce la voluntad de Dios.
No pienses que Dios desconoce lo que ha ocurrido o está ocurriendo. No
pienses que El está sentado ocioso, o que no le pone atención a toda esta
inmensa creación luego de haberla creado. El está sentado dentro de
nosotros mismos y todo lo que hagamos, o todo lo que nos suceda, El está
totalmente consciente de ello.
¿Cómo puedo cantar Su gloria ?
¡Ni siquiera puedo describir una de Sus cualidades!
¿Qué podemos decir nosotros en alabanza y gloria de Dios? ¿Qué podemos
decir si no le reconocemos? ¿Qué podemos decir si no le entendemos? A
menos que El derrame Su gracia sobre nosotros no podemos entenderle o
reconocerle. Cuando El quiere derramar Su gracia sobre alguien, El coloca
Su poder sobre esa persona, y sólo entonces, ella es capaz de reconocer y
entender a Dios en Su verdadero y total significado. Sólo esa persona
puede cantar la alabanza de Dios.
Aquellos en quienes Dios
vive las veinticuatro horas del día,
ellos son los perfectos servidores de Dios,
dice Nanak.
Guru Sahib dice: "Aquellos dentro de quienes Dios se ha manifestado, sólo
ellos son los perfectos. Todos los demás son imperfectos", Por eso Hazur
acostumbraba decir: "La gente se debería convertir en seres humanos,
porque Dios está en busca de seres humanos". Dios está siempre
buscándolos. Pero nosotros no poseemos esas cualidades de seres humanos.
Kabir Sahib dice: "Dios estaba creando el animal, pero por error, hizo al
hombre y en vez de ponerle cola y cuernos le colocó la barba y el bigote.
Pero el hombre quedó con el intelecto y la sabiduría del animal".
Oh mente mía, toma refugio en Ellos,
rinde tu mente y tu cuerpo a Ellos.
Si no podemos manifestar a Dios dentro de nosotros, por lo menos podemos
ir en compañía de Quienes han manifestado a Dios dentro de Sí. Y viviendo
en Su compañía, obedeciéndoles y practicando el Sendero de acuerdo con Sus
instrucciones, también podremos nadar fácilmente a través del océano del
mundo y volvernos receptivos a la gracia de Dios.
Guru Gobind Singh dice: "Dios y el devoto de Dios son uno mismo". No
existe diferencia alguna entre ellos. Es exactamente como una ola de agua
que se crea en el agua, y pierde su existencia en el agua. En la misma
forma, Dios y Su devoto son lo mismo. "Oh hombre, no puedes ver ninguna
diferencia entre ellos". Hay muchas gotas de agua diferentes; pero cuando
se mezclan con el agua, no hay diferencia entre la gota y el agua. En la
misma forma no hay diferencia entre Dios y Su devoto.
El devoto que ha reconocido a Su Dios,
se convierte en el dador de todas las cosas.
Supongan que alguien tiene una inmensa fortuna en su casa, pero no sabe
dónde se encuentra ni cómo sacarla. Y como lo ignora, tiene que salir a
mendigar y se está muriendo en la miseria. Y entonces, supongamos que hay
alguien que conoce el secreto y sabe cómo sacar el tesoro, y que viene a
él y le dice: "Hermano, tienes una enorme fortuna en tu casa y hay una
forma de sacarla". Y él le ayuda a sacar esa riqueza y usándola, su dueño
que una
vez estaba muriendo en la miseria, se convierte en un rey muy adinerado.
Piensen simplemente: ¿A quién estará él agradecido? ¿A la riqueza que
había en su casa sin que él lo supiera? ¿O tendrá él gratitud hacia quien
le ayudó a sacar el tesoro? Definitivamente, expresará su gratitud a quien
le ayudó a obtener la fortuna. La fortuna estaba allí, pero él no lo
sabía. Pero, puesto que ese hombre vino y le contó que allí había un
tesoro y cómo
sacarlo, él fue capaz de obtener esta fortuna y se hizo rico.
En la misma forma Dios, de Quien fuimos separados desde hace mucho tiempo
y desde hace muchas edades, está perdido para nosotros. Aunque El está
dentro de nosotros, nosotros no lo sabemos, ni sabemos cómo entrar en
contacto con El. ¿Y quién nos ayuda a encontrar a Dios? ¿Quién nos dice
que Dios está dentro de nosotros? Nuestro Satguru nos lo dice. Nuestro
Satguru nos ayuda a ir internamente y encontrarlo. Así que cuando
meditemos y vayamos internamente, cuando nos volvamos uno y realicemos a
Dios, ¿A quién debemos agradecer? Definitivamente, le agradeceremos a
nuestro Maestro, porque Dios ya está dentro de nosotros, pero sólo por la
gracia de nuestro Maestro pudimos realizarle. Y cuando logremos ser uno
con Dios después de meditar y manifestarlo a El internamente, jamás
continuaremos siendo mendigos; porque se necesita salir a mendigar para
satisfacer nuestras necesidades puesto que se obtiene todo internamente
sin pedirlo. Quien tiene a Dios, no desea nada; donde Dios se manifiesta,
lo demás viene por sí solo.
Todos encuentran felicidad bajo Su protección
Obteniendo Su darshan todos los pecados se eliminan.
El Mahatma dentro de quien Dios se ha manifestado se convierte en el dueño
de toda fortuna, de toda riqueza; Dios lo designa Su distribuidor y El
reparte bienes a todos los que llegan a El. Pero sólo podremos obtener el
darshan de ese personaje si Dios derrama Su gracia sobre nosotros. No está
en nuestras manos encontrarle; a menos que Dios desee que vayamos allí y
derrame Su gracia sobre nosotros, no podremos ir y recibir Su darshan. Los
infortunados no pueden tener al Maestro, aunque estén sentados con El.
Deja de lado cualquier otro talento.
Y aférrate al seva de tal Mahatma.
El tema de la realización de Dios no pertenece a la mente o intelecto. Es
el tema del amor y el afecto. Por eso se dice: "Oh Hombre, renuncia al
intelecto y a la sabiduría" porque cuando uno llega a la corte del
Maestro, aunque tenga el grado de Doctor, tiene que comportarse como un
niño de cinco años, ya que no hay lugar para el intelecto y la sabiduría
humanos en el Sendero de la Espiritualidad.
Cuando un niño va a la escuela, tiene que aceptar desde el primer día lo
que el maestro le dice. Y cuando lo acepta y tiene fe en aquél,
gradualmente el maestro le enseña más; y cuando se le ha confiado todo al
niño y él está prestando atención a las enseñanzas del maestro, éste pone
más atención en educarlo. Gradualmente, después de muchos años (15 ó 16),
el chico aprende todo lo relacionado con su educación y consigue muchos
títulos.
El primer día, el maestro no muestra toda su competencia frente al niño
porque si el niño sabe que tiene que aprender todos esos libros, todas
esas materias, se confundirá y no será capaz de aprender ni una sola
palabra. Así, puesto que el chico no tiene conocimiento sobre la
escolaridad, se le enseñan las cosas básicas primero y, gradualmente, las
cosas más complejas, hasta que lo aprende todo. Pero no se le dice todo
desde el primer día. El primer día el maestro tiene que bajarse al nivel
del niño y no mostrar todo aquello de lo que es capaz.
Igualmente cuando llegamos al Maestro, no tenemos ningún conocimiento del
Sendero de la Espiritualidad, y nos tenemos que comportar como el niño de
cinco años que apenas comienza el colegio y que no sabe nada acerca del
Sendero. Esta es la verdad: cuando llegamos al Maestro no tenemos ningún
conocimiento de Dios. El primer día el Maestro nos cuenta de Dios y nos
revela un poquito de Su competencia. Si El nos revelara toda Su
competencia, nos daría temor lograr esa posición, estaríamos confundidos
sin saber cómo lograr todas estas cosas. Entonces El nos aconseja que
demos un paso a la vez y progresemos hacia arriba. Y gradualmente, al
asistir a Su Satsang y al estar en Su compañía, El nos indica cómo
eliminar nuestras faltas. Cuando asistimos a Su Satsang y escuchamos Sus
palabras, tomamos conciencia de nuestras fallas y defectos.
Y progresivamente yendo en Su compañía, seremos capaces de abandonar
nuestra negligencia y nuestras faltas. Y un día, cuando tengamos un
profundo interés en la Senda de la Espiritualidad, y cuando el Maestro vea
que estamos obedeciendo Sus instrucciones, El nos dedicará más Su atención
y eventualmente nos hará perfectos, y entonces nos revelará toda Su
competencia. Así como el párvulo no tiene conocimiento al iniciar la
escolaridad, y tiene que aceptar lo que el maestro le dice, así, en la
misma forma, cuando venimos al Sendero de la Espiritualidad, y cuando
venimos al Satsang, tenemos que aceptar lo que el Maestro dice, porque no
tenemos conocimiento del Sendero.
Pero poco a poco, a medida que permanecemos en Su compañía, asistimos al
Satsang y comenzamos a meditar, empezamos a recibir el conocimiento de
todo. Eventualmente lograremos la perfección y veremos el poder del
Maestro frente a nosotros. Cuando asistimos al Satsang, tomamos conciencia
de nuestros errores y faltas y los abandonamos. Hasta ahora, si alguien ha
mejorado su vida, lo ha hecho sólo asistiendo al Satsang.
Si alguien ha dejado de tomar vino o de comer carne, ha sido sólo por
asistir al Satsang. En el Satsang se nos muestran nuestros errores y
faltas y se nos indica cómo eliminarlos. Cuando culpamos a nuestra gente y
tomamos conciencia de que tenemos estas fallas, entonces trabajamos para
erradicarlas.
Así que solamente asistiendo al Satsang podemos eliminar nuestras fallas y
defectos.
Entonces no habrá más ideas y venidas.
Nanak dice: "Venera Sus pies eternamente".
Cuando vamos en la compañía de un Mahatma Perfecto que ha meditado en el
Shabda Naam, el dolor de nuestros nacimientos y muertes se termina para
siempre. Por eso, deberíamos ir en la compañía de un Maestro Perfecto y
meditar en el Shabda Naam para lograr que nuestras vidas sean un éxito.
El Shah de Balkh Bokhara tenía el deseo de realizar a Dios y como ese
deseo creció, abandonó el trono de Balkh Bokhara y se internó en la selva
para hacer la devoción del Señor. Varios meses después de su partida su
hijo vino hacia él y le dijo: "Padre, hoy tendremos una gran celebración y
tú también deberías asistir". El rey llegó y vio que habían preparado
muchas cosas exquisitas entre ellas halvah. El tomó algo de halvah, lo
untó en un espejo, trajo a su hijo y le dijo: "Querido hijo, mira. Antes
de cubrir este espejo con halvah era un espejo muy limpio y podías ver
cualquier cosa en él. Cualquier cosa que pusieras en frente, podías verla
en él; pero ya que lo he cubierto con halvah, no puedes ver tu rostro, no
puedes ver nada en él porque se ha ensuciado, se ha manchado. De la misma
forma, nuestra alma era muy pura, pero desde que vinimos a este mundo y
empezamos a gozar de los placeres mundanos, la mugre de los placeres
mundanos ha ensuciado el espejo de nuestra alma y no podemos siquiera
recordar quiénes somos. El alma ha olvidado su verdadero hogar, ha
olvidado su origen, ha olvidado su propia forma y su radiancia, y está
vagando de aquí para allá en la selva. Mientras estemos involucrados en
los placeres mundanos, no podremos purificar nuestra alma y ver en nuestro
interior para reconocer nuestro ser. Por eso es muy importante para
aquellos que desean realizar a Dios, abandonar los placeres del mundo".
Cuando el rey de Balkh Bokhara abandonó su reino, se vino a la India, ya
que ésta ha sido la tierra de los rishis y munis desde un principio. En
India conoció muchos Sadhus y Santos porque él estaba sediento de
encontrar a Dios. Pero como no lograba saciar su sed, alguien le dijo que
fuera a conocer a Kabir Sahib, quien en ese entonces vivía en Kashi. Le
dijeron que El era el Santo Perfecto de esa época y que sólo El podría
saciar su sed de espiritualidad. Así que el rey de Balkh Bokhara fue a
Kabir Sahib y le pidió: "Oh Maestro, dame algún conocimiento de la
Espiritualidad, enséñame acerca de Dios. He venido desde muy lejos en
busca tuya". Kabir Sahib le respondió: "Soy un tejedor, un hombre pobre.
Yo no podré darte nada, ya que tú eres un rey". El dijo: "Maestro, no he
venido aquí como un rey: he venido como un mendigo. Haré todo lo que tú me
ordenes; más aún, aceptaré cualquier cosa que me des de comer, estaré
satisfecho con ello y no me quejaré. Pero por favor, manténme en tu
refugio y enséñame acerca de Dios y cómo llegar a El". Finalmente, Kabir
Sahib dijo: "Está bien".
El rey de Balkh Bokhara vivió con Kabir Sahib durante seis años. Kabir
Sahib era un tejedor, El tejía telas. El rey siempre lo ayudaba a tejer
las telas y al resto del trabajo. Seis años más tarde, Mata Loi, quien
también vivía con Kabir Sahib, pensó: "Kabir Sahib ya debería darle la
Iniciación al rey de Balkh Bokhara, ya que hace seis años que vive con
Kabir Sahib colaborándole en todo el trabajo. El deberá ser recompensado".
Así que le pidió a Kabir Sahib que le diera la Iniciación. Pero Kabir
Sahib dijo: "No, el recipiente aún no está listo; él aún no está preparado
para obtener la Iniciación". Sin embargo, Mata Loi dijo: "Pero él te ha
estado sirviendo durante los últimos seis años. Debes tener en cuenta que
él fue un rey y aún así te ha servido como nadie. Deberías recompensarlo;
deberías darle la Iniciación".
Entonces Kabir dijo: "Bien, le daré una prueba y si la pasa le daré la
Iniciación". Kabir Sahib le dijo a Mata Loi: "Cuando yo lo llame y esté
pasando por la puerta, debes tirarle unas cáscaras y entonces veremos cómo
reacciona". De acuerdo con el plan, Kabir Sahib llamó al rey al cuarto
diciéndole: "Ven, tráeme mi abrigo". Cuando entraba, Mata Loi arrojó la
basura sobre su cabeza; él se enfureció y dijo: "Si esto hubiera sucedido
en Balkh Bokhara te hubiera castigado". El aún recordaba que era el rey de
Balkh Bokhara. Mata Loi quedó muy confundida pues creía que él había
cambiado y no recordaba que era un rey, que se había convertido en una
persona muy humilde y que esto no le molestaría. Pero en vez de demostrar
su humildad, él se molestó mucho, se enfureció. Así que Mata Loi quedó muy
confundida, y al rey no se le otorgó la Iniciación en esa ocasión.
Pasaron seis años más y Kabir Sahib le dijo a Mata Loi: "Ahora él ya está
listo para la Iniciación". Mata Loi respondió: "¿Cómo saberlo? Para mí es
el mismo de hace seis años". Como Mata Loi no poseía el secreto interno,
ni el conocimiento interno, no podía saber si el rey estaba listo o no.
Pero Kabir Sahib sí lo sabía.
Así que Kabir dijo: "Bien, de nuevo lo probaré. Y esta vez verás cómo
reacciona". Y le dijo a ella: "Esta vez, como la pasada, debes coger algo
de basura y tirársela cuando pase por la puerta hacia mi cuarto y veremos
qué reacción tiene". Así que cuando esto sucedió, en vez de disgustarse en
esta ocasión se sintió muy agradecido con la persona que estaba botándole
esta basura y dijo: "Estoy muy agradecido contigo por botar esta basura
sobre mí porque soy aún peor que ella. Esta es la única medicina para esta
mente viciada". El ya era humilde. Así que, ante esto, Kabir Sahib dijo:
"Ahora él está listo". Y Mata Loi quedó convencida.
Y así después de 12 años, Kabir Sahib le concedió la Iniciación. Y cuando
se la estaba dando, ya que el rey de Balkh Bokhara se había habilitado
sirviendo a Kabir Sahib durante 12 años, se hallaba completamente
preparado para la Iniciación. Cuando Kabir le estaba describiendo los
planos internos, su alma progresaba hacia Sach Khand. Si el Maestro es
como Kabir Sahib, el Maestro Perfecto, y el discípulo es como el rey de
Balkh Bokhara, ustedes pueden imaginarse cómo puede volverse el discípulo
de receptivo a la gracia del Maestro y progresar desde el momento mismo de
la Iniciación.
El rey de Balkh Bokhara progresó mucho en la meditación desde el momento
de su Iniciación. Posteriormente, un día estaba sentado a la orilla del
río, cosiendo su propio cojín, cuando llegó el primer ministro a rogarle
que regresara a su reino y se hiciera cargo de él. El ministro dijo:
"Sería mejor su pudieras volver y te hicieras cargo de tu reino. Hasta el
momento lo he hecho yo; pero ahora anhelo que seas nuestro rey y que
trabajemos para ti como tus seguidores".
El rey quería que él supiera que ya no necesitaba un reino mundano, así
que arrojó su aguja al agua y dijo: "Si me traes la aguja que he arrojado
al agua, entonces iré contigo". El primer ministro dijo: "Eso es
imposible. ¿Cómo puedo encontrar tu aguja en el agua? Si deseas, puedo
conseguirte otras agujas; tantas como desees, pero no puedo encontrar
esa". El rey le respondió: "Si no puedes hacer eso por mí, aún teniendo
muchos poderes ¿Qué objeto tiene el poseer esos poderes?". Después de esto
él fijó su atención en un pez que estaba en el agua, y el pez sacó la
aguja; en otras palabras, el rey poseía ese poder. El reinaba sobre todas
las criaturas y puesto que había hecho la meditación en el Naam y era
perfecto, aún los pájaros y los animales estaban a su servicio. Esto es un
hecho. Todas las criaturas están bajo el servicio de aquellos que están
meditando, aquellos que son perfectos; y si ellos lo desean, cualquier
persona hará lo que ellos indiquen. Luego, el rey de Balkh Bokhara le
pidió al primer ministro que regresara y lo dejara hacer la devoción. Le
dijo: "Yo no deseo esa clase de poder que no me permite ni siquiera sacar
una aguja del agua. Es mejor tener el poder de ordenarle a un pez, que
trabaje para uno".
Por eso es que el Guru Arjan Sahib dice aquí: "Deberíamos ir en la
compañía de quienes han manifestado a Dios internamente, deberíamos
rendirnos a ellos, porque al estar en Su compañía también podemos saber
cómo realizar a Dios. Y cuando nos rendimos a ellos definitivamente
podremos realizar y manifestar a Dios dentro de nosotros".
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