II.- Practicar las siguientes tres normas de pureza – en DIETA, MEDIOS DE VIDA Vs. CONDUCTA:

 

1.-  AHAR o Dieta. Los alimentos que ingerimos van a formar el cuerpo y la mente. “Mente Sana en Cuerpo Sano” es un conocido adagio. No podemos tener cuerpo ni mente sana sin una dieta sana. Una dieta estrictamente vegetariana consiste en vegetales y frutas frescas o deshidratadas, cereales, productos lácteos como leche, crema, mantequilla, queso, yogurt, etc., es una necesidad indispensable para los aspirantes a la Verdad. Debemos por lo tanto evitar la carne y sustancias de carne, el pescado, las aves, los huevos fértiles e infértiles o cualquier otro alimento que contenga esos ingredientes en cualquier forma o cantidad. Cada acción tiene su reacción y el comer carne indica que se contraen Karmas nuevos y en esta forma, se mantiene en movimiento la inexorable rueda Kármica ya que cosechamos lo que sembramos. No podemos cosechar rosas si sembramos cardos.

 

La dieta incluye la abstención de bebidas alcohólicas de todo genero, intoxicantes, opio y sus derivados y drogas narcóticas, ya que estas embotan nuestra conciencia y nos hacen mórbidos.

 

“El cuerpo es el templo del Dios Viviente” y debe ser mantenido escrupulosamente limpio.

 

Todo candidato a la iniciación debe por la tanto observar la dieta vegetariana durante por lo menos tres a seis meses, para así asegurarse que una vez iniciado la puede cumplir.

 

2.- VIHAR o Medios de Vida: Los medios de subsistencia están estrechamente relacionados con la dieta. En el camino a la espiritualidad no existen atajos. Aquí el fin no justifica los medios, como pudiera decirse de otras cosas. Los medios indignos de ganarse la vida contaminan la dieta, la fuente misma de la vida. Así que es esencial vivir honestamente de emolumentos ganados con el sudor de nuestra frente. La planta de la vida debe ser nutrida con agua pura a fin de que crezca fuerte y saludable y sea así un instrumento que facilite la florescencia de la espiritualidad.

 

3.- ACHAR o Conducta: Los comentarios anteriores se aplican igualmente a nuestra conducta en la vida. Cada pensamiento, cada palabra y cada obra, buena o mala, deja una impresión indeleble en la mente y debe rendirse cuenta de ello. De ahí la necesidad de tener pensamientos correctos, aspiraciones y conducta correcta, todo lo cual constituye un cerco protector alrededor de la tierna plantita de la espiritualidad. Los detalles sobre el particular han sido ya expuestos al hablar de las cinco virtudes en los renglones anteriores.

 

 

                                                                                   Kirpal Singh

 

 

Tomado de "El Mensaje de Amor", Instrucciones para los Buscadores de la Verdad.